Una semana en Nueva York - Día 5 - Miércoles 04/04/2012


Hola.
Este es nuestro quinto día de viajes, y por fín, nos vamos de compras.
Nuestro objetivo: Woodbury Commons, un outlet que está a las afueras de Nueva York y que tiene muchísimas tiendas.

La tarde anterior habíamos comprado nuestros billetes de autobús y decidimos que ya que el centro de outlet abría a las 10, ibamos a coger el autobús de las 8:30.
Como somos muy bien hechas, ya estabamos en la cola de los autobuses a las 8 y poco, vamos, que eramos las terceras o las cuartas en la cola. Y no éramos las únicas con una maleta vacía en las manos.
Poco a poco veíamos como iba llegando gente y como la cola iba creciendo. Vimos llegar a Sandra y Andrés (los chicos de Barcelona con los que hicimos el tour el lunes y el martes), y para que no se tuvieran que ir al final de la cola empezamos a señalarnos el reloj y a decir, ya era hora, habíamos quedado a las y cuarto. Menos mal que lo hicimos, porque en ese momento, nos hicieron subir a un autobús (antes de la hora) porque eramos muchos y lo llenabamos, y así, salimos antes de tiempo para allá.
En el trayecto, fuimos viendo el plano que tenía Sandra, y los cuatro decidimos que nuestra primera parada sería en información, para pedir el libro de los descuentos, y la segunda, la tienda Levi’s. Ni café ni nada, que no estabamos para perder el tiempo, que el autobús de vuelta lo queríamos coger sobre las 19:30 y sólo tendríamos NUEVE HORAS Y MEDIA…qué estress…no tuve más remedio que acordarme de mi hermana, cuando fuimos de viaje a Galicia con mis padres, y en el recorrido nos dieron 2 horas para visitar “Valenca” y ella le decía al novio….”Sólo tenemos dos horas, no nos va a dar tiempo de nada”…con un deje histérico por culpa de todo lo que quería comprar y la falta de tiempo (no es que ella lo compre todo, ese privilegio es mío, es que estaban montando el piso para casarse y quería sábanas, toallas, …, vamos, todas esas cosas que dicen que en Portugal son muy buenas y más baratas).

Cuando llegamos al outlet, el conductor del autobús nos indica el punto de recogida, y nos vamos corriendo a la oficina de información, antes de que lleguen el resto de pasajeros del autobús, y recogemos nuestro libro de descuentos, así, en cada tienda que entraramos, podríamos mirar qué descuento teníamos y si nos interesaba o no.
Con nuestro librito en mano, y el cupón descuento de la tienda Levi’s ya cortado y puesto junto a mi lista de pedidos Levi’s dentro del iPad, nos andamos todo el centro para llegar hasta esa tienda. Decir que la Levi’s estaba en el quinto pino, menos mal que llegamos con tiempo.
Estuvimos esperando unos 10 o 15 minutillos a que abrieran, yo, intentando meterles susto acercándome a la puerta y mirando al interior…a ver si causaba el efecto “estoy encerrada dentro y fuera hay una loca intentando entrar…no abro…no abro..”.
Junto a la tienda había un puesto de salchichas, pretzels y demás, y Mariló decide que quiere un pretzel, que el desayuno de todos los días está bien (excepto por el café y el té…entre nosotras…yo creo que el problema de Mariló era el agua, que la de Nueva York se puede beber del grifo sin problemas y ella no está acostumbrada a las bebidas con su auténtico sabor :-p), pero que necesitaba pan. De modo que me arrastra para que le pida el pan, pero no hace falta, porque el dependiente hablaba español, como muchísima gente allí, y le dice que aún no están listos, que estaban en el horno porque a él se los llevan congelados. Vamos, que no sólo las tiendas abren a las 10, sino también la comida que necesita horneado.
Volvemos a nuestro puesto en la puerta de la tienda, y en cuanto dan las 10, abren la puerta. BIEN!!! Me habían preguntado que qué era lo que iba a buscar primero, y yo dije que los encargos, de modo que me acerco a una dependienta y le pido los primeros jeans de mi lista, los Skinny Bold Curves en la talla 29x32. Qué bien preparado lo llevaba yo, a prueba de tontos (mis hermanas no querían darme mucho margen de error), pero el problema es que en el outlet de la Levi’s no tallaban de esa forma, ni sabían cual era el color Saphire (yo tampoco), de modo que la dependienta muy amablemente se tuvo que poner a buscar qué talla era esa, y me trajo los únicos Skinny Bold Curve de esa talla, en color azul oscuro, y yo, muy felizmente, me los quedé.
Luego pasé a los de mi otra hermana, que me había pedido dos modelos distintos, de unos, había, de otros, no. El único que no me dio ningún problema fue mi cuñado, pues los de hombre tenían el mismo tallaje que el que él me dio.
Una vez que ya tenía los encargos controlados (habían pasado casi 45 minutos de mi precioso tiempo), decido darme una vuelta para ver qué me compro yo.
Cogí varios vaqueros con mucha moral (moral propia, porque cogí una talla excesivamente pequeña) y fui a probarmelos. Qué susto me llevé, en serio. Pensé en matar a Mariló por obligarme a comer cupcakes…en serio…a mí no me gustan…era ella la que me obligaba….(a ver si alguien se lo traga :-D ).
Finalmente, decidí ser menos “optimista” y cogí mi talla, me los probé, y genial, eran los míos.
Pero claro, no me iba a ir sólo con unos vaqueros, no? Estaba en Woodbury Commons, donde el afán consumisma se multiplica por 10 (y el mío es muy grande, no necesitaba que lo aumenten más), de modo que entre el consumismo y la “moral” decidí cogerme otros una talla más pequeña que los que me quedaban bien, porque seamos serías, cuando volviera a casa me pondría a dieta y sería una pena que se me quedaran grandes todos los pantalones, no?

Una vez salimos de la tienda Levi’s, Mariló fue a por su pretzel y yo me metí en la tienda UGG a ver qué había, pero no me gustó nada. Seguimos andando por esa calle de tiendas, entrando en alguna que otra tienda. Una de ellas era de Playtex, y yo, decidí entrar a ver los sujetadores. Qué alegría me llevé cuando me quedaron grandes :-D, la pena, que no pude comprarme ningunos.
Seguimos nuestro pasea hasta una óptica donde me puse a ver gafas de sol, y me compré unas de Ralph Laurent monísimas (ahora tengo unas gafas de sol que me gustan en Malaga y otras en Munich, ya no tengo que preocuparme si las olvido).

También entramos en la tienda Tommy Hilfiger, y aproveché para comprarme esta faldita vaquera, unos jeans negros (de mi talla, y eso que ni me los probé), y unos polos para mis sobris, los tres iguales.



Mariló pidió ir a la tienda Adidas, de modo que como soy una persona muy amable y comprensiva, nos dirigimos a esa tienda. Yo soy la que pienso que voy a hacer dieta, y ella la que piensa que va a tener tiempo para practicar deportes (si antes no lo tenía, cómo lo va a tener con una tienda más? Si creo que esta ha sido la única semana en dos años donde no ha tenía que trabajar…).
De paso entramos también en la tienda Guess y algunas otras más.

Después de esto, no os lo vais a creer, pero ya eran las 13:15 y habíamos quedado con Sandra y Andres para comer, de modo que nos fuimos para nuestro punto de encuentro, en el Food Court, donde había diferentes sitios de comida rápida y mesas en el centro para que nos sentaramos a comer. En ese mismo sitio, había una tienda con cosas de menaje y de casa, de modo que entramos a cotillearla un poco mientras esperábamos.

Mientras comíamos, decidimos llegarnos juntos a la tienda Reebok, que estaba cerca, pero nos metimos primero en la Puma, y ya ahí, nos separamos (aunque nos ibamos encontrando entrando y saliendo de tiendas). Y entonces, llegó mi perdición. Una tienda disney en un outlet, y yo con tres sobrinos pequeños a los que comprarles regalitos. Y una que es muy disney…
Me volví loca comprando. Pijamas, politos, hasta chanclas para bebés… lo curioso, es que no compré nada para mí. La otra que se volvió loca fue Mariló, que se compró unas camisetas disney para cada día de la semana, porque así tenía solucionado el tema del vestuario para el buen tiempo en el cole, y es que claro, una profe de infantil con camisetas disney no va dando el cante….qué envidia….

Era para vernos, al salir de la tienda disney, intentando meter todas las compras en las maletas….allí, en un banco…mientras Mariló terminaba con esa tarea, yo me fui a la tienda GEOX, pero debo decir que tenían la misma colección y que valía lo mismo que en otros lados (haciendo el cambio, valía hasta lo mismo que en Munich).

Una vez listas, seguimos avanzando, y mientras Mariló entró en la tienda de deportes, yo entré en la Crocs, donde me compré unas chanclas monísimas.

Ibamos super contentas, y alguien me decía, “No me lo creo, llevo todo un día de compras…”.

Descubrimos una tienda de bolsos monísimos, donde Mariló no pudo resistir la tentación de comprarse un par de ellos, e incluso de comprarse un monedero. Si no me equivoco, dijo que le gustaban más que los de Desigual, y eso en ella, es mucho.

Seguimos nuestras compras, pasamos por Godiva, que aunque estuviera en un outlet, no eran chocolates a punto de caducar (os imaginais???), y obviamente, los precios no eran de outlet, pero es que eran CHOCOLATES GODIVA!!! Tenía que comprar. Qué ricas las fresas secas (desecadas o como se digan) bañadas en chocolate. O esas galletas con chocolate. UMMMM.

Acabamos en la tienda GAP, donde también caímos y compramos unas cuantas cosillas, y ya, teniendo en cuenta que habíamos entrado en todas las tiendas que realmente queríamos, que no nos cabían más cosas en las maletas y que a una le dolía bastante el tobillo y a otra la cintura (Mariló, nos estamos haciendo mayores), y tampoco es que nos quedara mucho dinero, decidimos irnos de vuelta al hotel.

La verdad es que no recuerdo si esa noche cenamos o no, pero sí recuerdo que en cuanto salí de ducharme, me puse a sacar cosas de la maleta que llevé, a ver todas mis compras de nuevo, y a pasarlas a la maleta grande que llevaba, y ahí es cuando me dí cuenta de que lo más seguro es que necesitara otra maleta más para la vuelta.
Falta decir que Mariló se puso a hacer lo mismo, y cuando decidimos la ropa que nos ibamos a poner al día siguiente, ambas habíamos cogido algo que nos habíamos comprado ese día.

Una vez lo tuvimos todo ordenado, nos fuimos a dormir, que al día siguiente Mariló tenía un curso con el rey de las tartas y estaba tan nerviosa, que si por ella hubiera sido, habríamos estado en su puerta a las 7 de la mañana en lugar de a las 9:40.

Una semana en Nueva York - Día 4 - Martes 03/04/2012

Cuarto día.
Hoy nos toca excursión por Manhattan.

Después del desayuno, nos fuimos nuevamente rumbo de la Estación Central. Hoy teníamos contratado el TOUR del ALTO y el BAJO Manhattan.

Como de costumbre, llegamos antes de tiempo. Ya sé que a quienes me conocéis os parece raro que yo madrugue, pero sí, lo hago cuando es necesario ;-), de modo que estuvimos dando una vuelta, haciéndole fotos a las tartas que había allí (esas fotos las hizo Mariló) y comprándome un maravilloso Caramel Macchiato en el Starbucks (es la mejor forma de ocultar el sabor del café, con sirope de caramelo y crema...).

Una vez nos reunimos todos, empezó el tour.

Empezamos nuestra excursión en la GRAND CENTRAL TERMINAL.

Empezamos aquí en el "cielorraso" (lo confieso, he buscado el nombre del techo en internet, y un poquito más de información que os copio aquí).
El cielorraso, obra de Paul César Helleu, muestra el cielo invertido, como si el observador estuviera fuera de la esfera celeste. Existen muchas teorías al respecto, pero el mismo Helleu se encargó de aclarar que se había inspirado en un manuscrito medieval que representa el cielo de esa manera (desde la mirada de Dios).










Una pequeña sección del cielorraso se encuentra en claro deterioro, Se debe a que durante la última restauración se decidió dejar evidencia del gran trabajo realizado (lo he marcado con un círculo rojo). 















El reloj de cuatro caras que preside el Main Concourse se ha convertido en el símbolo indiscutible de la estación.







Esta es una vista de la sala de espera que se utilizaba antiguamente. Habéis visto qué lampara? Qué sala?

La estación central es obra de Cornelius Vanderbilt, hijo de un granjero arruinado que trabajó desde niño en el puerto de Nueva York, hasta que con 16 años pudo comprarse un barco y estableció un servicio de transbordadores entre Nueva York y Staten Island. Finalmente, logró instalar su propio negocio de vapores. Se hizo millonario transportando pasajeros en trayectos cortos alrededor de Nueva York. En los años cincuenta, dirigió su atención al sector de los ferrocarriles. Compró varias compañías ferroviarias que prestaban servicios en los alrededores de Nueva York, las unió, y ofreció el primer servicio regular entre Nueva York y Chicago.
La familia Vanderbilt, al construir la estación, eligió el roble y las bellotas como símbolo familiar, a partir del dicho popular "de una bellota puede salir un roble", en referencia a su humilde pasado.



Una vez terminamos nuestra visita a la estación, salimos a la calle y nos encaminamos al edificio Chrysler.

El edificio celebra el triunfo del automóvil frente al ferrocarril.
Tanto en su fachada exterior como en la decoración interna posee formas ornamentales inspiradas en las ruedas de los coches y los tapacubos.

Desde el piso 61 cuatro gárgolas con forma de águila vigilan el cielo de Manhattan, y en el piso 31, brillan tapas de radiadores de automóviles con alas.

También es conocida la historia de la aguja secreta: allá por los años 30, la construcción del Edificio Chrysler se convirtió en un maratón para lograr el edifició más alto de la ciudad. Pocos días antes de su finalización, Willian van Alen (el arquitecto que diseñó el edificio) lo coronó con una aguja que había construido en secreto y lo convertiría en el rascacielos más alto de Manhattan. Aunque no fue por mucho tiempo, ya que el Empire State Building le quitó este título sólo nueve meses después.

Después de la visita del edificio Chrysler, cogimos el metro hacia Wall Street. Y no podía dejar de poneros una foto del metro, por si alguien no ha estado nunca en uno.







Esta es la iglesia de la Trinidad.
Esta iglesia es uno de los edificios más antiguos de la ciudad.

Casi pasa inadvertida entre tanto rascacielos, pese a que su torre mide 86 metros de altura, y que durante medio siglo llegó a ser el punto más alto de toda Nueva York.
La visión de la punta del campanario era un símbolo que señalaba a los inmigrantes que llenaban los barcos sobre la proximidad de la ciudad.


En el cementerio de esta iglesia se encuentra enterrado Robert Fulton, que fue el inventor del barco de vapor.




Con la llegada de los grandes rascacielos, se temió que los ciudadanos de Manhattan nunca volvieran a ver la luz del sol, de modo que se creó un plan arquitectónico que todo el que quisiera construir un edificio de gran altura debía de seguir, y eso era, que el edificio debería de ir estrechándose desde su base, de modo que el sol consiguiera colarse entre ellos.


Inicialmente, la población de Nueva York se situaba en la zona baja de la ciudad, el Lower Manhattan, donde se ubica ahora el distrito financiera o Wall Street. En realidad, el nombre de Wall Street viene de los tiempos de la ocupación holandesa, donde se levantó un muro para proteger a la población de los indígenas. Hoy día sólo quedan unas marcas en el suelo por el sitio donde iba el muro.



Aquí tenemos una fotito del edificio de la bolsa de Nueva York, donde se decide el futuro económico de gran parte del mundo. Menos mal que no se puede visitar por dentro, porque con lo que me gusta comprar, ya me imaginaba diciendo...COMPRO, COMPRO...aunque no supiera el qué.










Aquí tenemos una foto del toro de la bolsa de Nueva York, aunque si pensáis ir a verlo, que no está exactamente frente al edificio, sino que lo movieron un poquito.

Como ya he dicho, Nueva York era en sus orígenes una colonia holandesa, y como muestra de esa herencia, podemos ver los parques y jardines decorados con estas maravillosas flores.













Seguimos por Washington Square Park, junto a la zona universitaria. 

Este es el arco del triunfo dedicado a George Washington, y es el verdadero símbolo del parque.
La gente aprovecha su tiempo para relajarse e incluso para tomar el sol. Menos mal que la fuente no tenía agua, si no, me la imagino flotando en la fuente con una colchoneta :-D


















La última parada de la excursión fue el Rockefeller Center, pero no sé como lo hice, que no encuentro ninguna foto, de modo que he cogido una de internet para poder enseñároslo.


Una vez terminamos el tour, volvimos en metro a Washington Square, para ir a comer a Ottos, un restaurante italiano que aunque no está en Little Italy, según nuestro guía era muchísimo mejor.

Después de eso, fuimos a otra pastelería llamada CRUMBS, y nos compramos unos cupcakes. Y finalmente, nos fuimos a una tienda de utensilios de repostería donde obviamente, Mariló no pudo evitar sus impulsos compradores....

Más tarde, cuando llegamos a Times Square, entramos en la tienda de Toys R Us, donde podemos encontrar una noria gigante para que los niños se monten, una zona llamada Candyland y muchísimos juguetes.
Yo quiero con Buddy!!
Socorro Superman!!!
Qué mona...
Socorro!!!












Os venís a hacer turismo?
Quien nos salvará??
Ummm, caramelos...












Y con esto, termino este cuarto día en Nueva York.

A partir de ahora en las siguientes entradas habrá menos fotos y serán más rápidas, porque los días agobiantes de andarnos toda la ciudad se han terminado, tengo que dejar cosas para mi segunda, tercera, cuarta, e incluso que puede que quinta visita, no?

Una semana en Nueva York - Día 3 - Lunes 02/04/2012

Ya estamos en el tercer día.
Se me olvidó contaros que al volver del crucero, yo me fuí a la ducha, y no sé que hizo mi compañera de viaje, que le dió un tirón en la cintura, o en la espalda (por esa zona, no nos vamos a poner tontas con el punto exacto)  y se pasó el resto de la semana con lumbago (pobre...), me recordaba al muñeco de Buzz Lightyear de mi sobrino Alejandro, que aunque lleva muchas cosas, no tiene movilidad en la cintura, y hay que moverlo desde arriba como se pueda....pues eso hizo Mariló, obligar a su cuerpo a moverse para no perderse las maravillas de esta ciudad.

Como todos los días, nos levantamos, nos arreglamos, y nos fuimos a desayunar. Después de eso, hicimos un alto en nuestro camino turístico (justo antes de empezarlo), para ir a un Duane Reade a que Mariló se comprara unas pastillas para el dolor de espalda (una cosa es que su voluntad sea fuerte, y otra que sea más tonta de lo normal).


Una vez terminamos con eso, y conseguimos por fin abrir el bote donde estaban las pastillas, nos fuimos paseando hasta la GRAND CENTRAL STATION, donde habíamos quedado a las 8:30 de la mañana para hacer el tour de Contrastes de NY con un guía que hablaba español y que nos llevaba en transporte público. Me encanta ir en transporte públicos a zonas donde no van otros turistas porque ahí es donde puedes encontrar a los verdaderos ciudadanos de una ciudad (menos por el vagón en el que iba un "Homeless" o "Sin hogar" y en el que nadie más se subía, nosotros, tampoco).

Después bajar y subir varias veces las escaleras del balcón este, me doy cuenta que el sitio donde habíamos quedado era en el que estuvimos primero, en la zona donde estaban las cafeterías. Dejé a la enfermita allí sentada, y yo me fui a la búsqueda de un buen café (Mariló cuando lea esto pensará, el peor café del mundo está en NY). Fuí a un sitio que se llama Joe's, que nos había recomendado nuestro guía en un correo, para Mariló, un café expreso, para mí, un expreso machiatto (Mariló tiró el suyo, no le gustó nada, y dijo que era el último que intentaba beberse en el viaje).

Por fin llegó Andrew (nuestro guía) y las dos parejas que iban a hacer el tour con nosotras, y emprendimos nuestra mañana visitando las zonas más desconocidas de NY, o las más polémicas debido a todas las películas que hemos visto sobre el Bronx, Harlem, ...

Nuestro primer destino no fue otro que un barrio de Harlem llamado "El Barrio". Sólo por el nombre nos podemos hacer a la idea de la nacionalidad de los que viven allí, verdad?. Un pequeño dato de interés copiado de internet: Tiene una población de cerca de 120000 habitantes y es una de las mayores comunidades latinas de Nueva York.
Algunas de las cosas que más llamaban la atención, eran sus pintadas, y que las personas hablaban español y eran amables. Según nos contó Andrew, cuando hace buen tiempo, es normal que salgan a la calle, saquen unas sillas, y se dediquen a pasar allí el tiempo, en las puertas de sus bloques y en los jardines comunitarios.
Este mural de la mejicana Frida Kahlo y a la puertorriqueña Julia de Burgos está dentro de un jardín comunitario. Para que se vea cómo las distintas nacionalidades pueden coexistir (si quieren). A quien le interese, puede leer más información de este mural aquí.



Y como no, tenemos que hacerle foto a una pastelería, y más con ese nombre ya que para eso era Lunes Santo.









Después de esto, volvimos al metro para dirigirnos al Bronx, al estadio de los Yankees de Nueva York.

Este estadio es el nuevo, que tiene menos capacidad que el antiguo, que se encontraba justo frente a este y donde hoy día hay un parque muy bonito. Pero como estos americanos no son tontos, le pusieron más palcos privados que al otro, y esto es lo que les da más dinero. Dicen que los contratan para muchas cosas, incluso para fiestas. Y digo yo, ¿tan aburrido es un partido de beisbol que tienen que hacer una fiesta a la vez?. Yo si me dan a elegir y alguien quiere organizarme una fiesta, que me lleve mejor a un sitio con dulces y chocolates :-D

Esta foto es del parque donde estaba antes el estadio de los Yankees.

Después de esto, subimos por la calle hacia un edificio muy bonito que en otros tiempos fue un hotel de lujo, y ahora son bloques sociales (creo que ese era el nombre).
Andrew nos comentó que antes la gente vivía en estos barrios, pero que cuando las cosas empezaron a ir mal y los bancos no consideraban viables conceder prestamos para arreglar los edificios, eran los mismos inquilinos o los propietarios de los pisos los que los incendiaban para los alojaran en viviendas sociales unos y para cobrar el seguro los otros.
Frente al edificio anterior tenemos este, que son unos juzgados.

Como podéis ver, no todo el Bronx es como vemos en muchas películas americanas.







Después de esto nos fuimos a Long Island, a ver las vistas de NY y a tomarnos un café con tarta de chocolate en la cafetería Sweetleaf.
Aquí tenéis algunas fotos de esas maravillosas vistas:
















Después nos fuimos a Brooklyn, al BARRIO JUDÍO.
A qué van muy graciosos con esas ropas y esos tirabuzones????

Las mujeres también van vestidas de negro.

Nos comentaron que a los niños, desde pequeñitos, les rapan el pelo y empieza a crecerle el tirabuzón.

Si no entendí mal, a pesar de que viven prácticamente todos en la misma zona, y sus colegios también están ahí (estos niños no se mezclan con los demás), tienen sus propios autobuses escolares para que se sientan "igual" que los demás niños del país.

Este autobús privado pero con un acuerdo con el estado, va sólo por esa zona, y los hombres se sientan delante, y las mujeres atrás...qué viva la igualdad!!!!

Y habéis visto qué terrazas más prácticas? Sirven para que salgas a hablar por teléfono, a fumar, o mejor aún, en verano, sirven para meter a los niños y tener un ratito de paz y tranquilidad.








Una vez terminamos con el barrio judío, volvimos a coger el metro y nos fuimos a Brooklyn, donde terminaba nuestro tour.
Habéis visto qué jardín más bonito???? Estaba rodeado de esas casitas de piedras y habitadas por palomas cagonas...ajjj...qué asco...se hizo sus necesidades en mi chaqueta, y Sandra, una chica que iba en el Tour fue tan amable que me limpió la chaqueta, porque yo no era capaz ni de mirarla.

 Vista del puente de Brooklyn (bueno, del principio del puente) desde el lado de Brooklyn.

Un pequeño dato de interés, aunque allí todas las placas de las calles estaban en verde, si las veías en color marrón, era una indicación de que te encontrabas en un distrito histórico.

Mirad qué farolas más monas tenían en el distrito histórico de Brooklyn. Alumbrarían mucho por la noche?????

En esta zona todavía hay casas de madera, cosa que no se puede hacer en la isla de Manhattan ya que tienen miedo de los incendios.

La verdad, desde este mirador de Brooklyn había unas vistas preciosas. No me extraña que sea una ciudad con tantos turistas, es que, quién se puede resistir?

Hacía mucho que no ponía una foto mía (cosa que siempre he odiado, hacerme fotos, pero mi padre siempre me insistía en que si iba de excursión, tenía que salir en fotos, para recordar ese momento, ya que fotos del sitio sin nadie, simplemente como una postal, la podía conseguir fácilmente en cualquier parte).

Y otra fotito más con Mariló, para que comprobéis que seguía viva y era capaz hasta de levantar el pié.

Estos son Sandra y Andrés, una pareja de Barcelona a los que conocimos en este tour, eran la mar de simpáticos.

Nos pusimos a cruzar el puente de Brooklyn, y como podéis ver, Mariló me tuvo que llevar del cuello, que eso era mucho andar y encima tengo vértigo :-p

Es broma, crucé por propia voluntad y solo me asusté un poquito.






Una vez que conseguimos terminar de cruzar el puente, nos separamos de Sandra y Andrés y seguimos por nuestro camino, que nos llevó a la zona del Pier 17 (más información, aquí), aunque antes de eso nos metimos en una tienda que parecía un bazar y en el que al final no compramos nada porque había mucha cola para pagar, y ya luego nos fuimos a comer (al Burger King, pero es que estábamos que nos iba a dar algo malo, en serio, yo hasta temblaba ya).

Una vez terminamos nuestro paseo por el Pier 17, sugerí coger el metro para volver al hotel, pero mi compañera de viaje decidió que no se fiaba de que fuera a ser capaz de encontrar el camino y me hizo subir andando hasta el hotel, en el 700 de la 8 avenida. Estuvimos andando más de 2 horas!!!!, subimos andando por toda la avenida Broadway hasta Times Square. Íbamos tan cansadas, que en algunos puntos ya no sabíamos cuál era nuestra avenida, y en Union Square nos tocó preguntar a un policía por donde debíamos de seguir.
Faltan fotos de este camino, pero creo que Mariló hizo algunas, yo iba tan cansada que no tenía ni ganas de sacar la cámara de fotos, lo siento.
Después de mucho andar, y de mucho sufrimiento, empezamos a ver la luz, o las luces :-D














En cuanto vi este edificio, supe que tenía que sacar la cámara, seguía cansada, pero es que me dolía el cuello de cargarla, de modo que mejor, cogerla y hacer fotos, no?

Para quien no lo conozca, este es el edificio FLATIRON, y tiene forma de plancha. Y como sé que os gusta, aquí tenéis más información.


Ya que estaba, hice fotos a algunos edificios más.






















Una vez llegamos a Times Square, nos fuimos al hotel a dormir. No recuerdo ni siquiera si esa noche cené, es que estaba realmente cansada.

Os habéis dado cuenta de que aún no hemos comprado nada?