Cuando nos trataban de enseñar a hacer las rosas, a mí no me salían, no comprendía cómo iban. No hacía más que llamar a la profe, y decir que no me salia, que me ayudara, pero ella sólo ayudaba a quienes no tenían problemas, y así no se enfrentaba al problema (o sea, yo). Cuando me harté y tiré el proyecto de rosa, se dió cuenta de que estaba teniendo problemas, ya que las demás la miraban a ella raro, de modo que ya decidió venir a ayudarme, aunque yo, que soy un poco (muy poquito, de verdad) mosqueona, ya no estaba de humor para aprender. Al final de la clase, este fue el resultado de mi tarta:
Si le poneis imaginación y un asa, se suponía que era una tarta. Fue lo más simple que se me ocurrió, ya que no estaba de humor, y hay que decir, que ni siquiera estiré yo el fondant sobre la tarta.
Bueno, pues este es el resultado de mi primer curso de fondant. Me salió bastante caro para lo que conseguí.
Hay que aprender de los errores, e investigar a la profesora antes de apuntarse a un curso cualquiera.
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